lunes, 25 de febrero de 2013

Lo que no recibes

I
No tengo respuestas, y si las tengo, no quiero dártelas. Si tu no sabes qué esperar, no esperes que yo sepa. ¿No me entiendes? ¿Te jode, no? Te gusta tener todo bajo tus controles y no soportas el hecho de que sea impredecible y que pueda salirme de tus manos. Aquí no tienes que decir nada que no quieras decir... Aquí, la única cláusula es que las reglas se improvisan... Allá, entre ustedes, las cosas son distintas. Si ella es tu decisión, asúmela.

¿Me extrañas? ¿Tienes te quieros y te extraños atrorados en los adentros? ¡Poooobrecito niño!

...Me gusta cuando dices volver. Como si hubiese estado atada a ti, como si tuvieras en realidad la intensión de no dejarme escapar.

¿El te quiero? ...Eso estuvo demás.


II
Te haces el difícil siendo tu y yo dos seres tan sencillos, tan dados a la improvisación.

Estar reconfortada en tu pecho sintiendo el calor que emana tu cuerpo. ¡Oh como deseo estar ahí presa entre tus brazos! Tu y yo... haciendo un nudo de simplicidad. Creando palabras con choques colosales de sinhueso y sinhueso...

Extraño la magia que producimos cuando nuestras esencias se mezclan con licor, con vino y venidas... 

Desde luego, quiero volver a ti. Nos quiero.



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