sábado, 29 de noviembre de 2014

Nunca más y para siempre

Eres el recuerdo foráneo
más inalterable que tengo.

Éramos fugaces, pero sucedimos. 
Estás fijo, fijo, fijo.

No olvido tus manos de alfarero,
ni tus pestañas con ligereza de pluma. 
Me gustan así, delgadas y libres.

No olvido tus cejas pincel,
anchas y precisas. 
Me gustan así, equitativas y sensatas. 

No olvido tu mentón casi perfecto. 
Me gusta así, desacertado. 

No olvido los vellos tan bellos
castaños casi negros
que invadían tu cuerpo. 
Ya he dicho que son bellos,
por supuesto que me gustan. 

No olvido tu cintura de vihuela. 
Me gusta muchísimo así,
desproporcionada y deseable. 

No olvido tu pecho enmarañado
pero bonito. 
Me gusta así, descontrolado
pero en control. 

No olvido tu piel suave cuando está seca. 
Me gusta así,
sobria. 

Tampoco olvido tu piel
cuando está bañada en sudor. 
Me gusta mucho más así,
resbaladiza, ebria. 

No olvido tus gestos
bruscos y entretenidos. 
Me gustas así desvergonzado y cálido. 

¡Ay, cómo me gustas así!

Eres el recuerdo foráneo
más inalterable que tengo.

Éramos fugaces, pero sucedimos.
¡Cómo sucedimos!

Ahora estás fijo, fijo, fijo
y no te olvido.


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